En esta próxima semana se decidirán los semifinalistas de la Copa del Rey de futbol y, como cada año, seguimos contemplando los mismos males que minan y disminuyen el interés por esta competición. Si los dirigentes del futbol español no han hecho nada para solventar este tema, deduzco que no hay beneficios personales en ello, o al contrario, que los beneficios los obtienen de mantener la competición tal cual está.
Los males que yo aduzco son: la falta de emoción o interés para los aficionados, prueba de ello son las recientes medias de asistencia a los estadios, la merma de interés para los equipos grandes por la escasa recompensa (Europa League) que tiene el título, obviando la interesante recompensa intrínseca de ganarlo, la saturación de partidos existente en el calendario profesional agravado por las eliminatorias a doble partido de la Copa del Rey, que a su vez provocan la exponencial reducción de las posibilidades de sorpresa y promoción de equipos de menor categoría que daría un interés y atractivo añadido a la competición. Todo ello deviene en una competición rutinaria carente de interés y emoción hasta prácticamente la final, con el consiguiente perjuicio económico para clubs y ciudades, exceptuando la sede de la final.
Ante todo ello creo necesaria la reforma de esta competición. Más aun, ante la cercanía de la siempre exitosa Copa del Rey de Baloncesto, he pensado que quizá un formato de competición similar pueda ser exitoso. Veamos cómo sería:
En primer lugar, propongo como participantes a todos los equipos de 1ª, 2ª y 2ªB desde la primera ronda con sorteo libre. Esto supondría una oportunidad única a equipos modestos de enfrentarse a la élite de nuestro fútbol.
En segundo lugar, creo necesario un sistema de competición con eliminatorias a partido único en campo del equipo de menor categoría. Sorteo de campo para equipos de igual categoría. Así, disminuimos el número de encuentros a disputar, aumenta el interés y la emoción, y facilitamos que un equipo pequeño pueda recibir al “grande”. Bueno para el club y la ciudad “pequeños”.
En tercer lugar, premiar al vencedor con la disputa de la Champions League (no creo que sea tan difícil hacerlo).
Hasta aquí todo sabido y archi-comentado. Lo básico. Pero además… mi verdadera propuesta de reforma (revolución para esta competición) vendría a partir de cuartos de final:
- Contemplar un cambio de fechas para ubicar esta fase del torneo al finalizar La Liga, y además, equiparar el sistema de competición desde esta ronda al que tiene el Baloncesto.
- Disputa del torneo en una semana. Dos eliminatorias en lunes, dos en martes, semifinales en viernes y final en domingo.
- Sede única. Siendo cuatro días reales de competición en una semana, la capacidad hotelera de la sede no supone excesivas limitaciones, si bien, también parece lógico una sede compartida para dos ciudades bastante próximas o bien comunicadas.
- Sorteo puro de cuartos de final y cruces.
Sé que hay limitaciones y defectos, y quizá es una idea descabellada, pero se pueden solucionar. Por ejemplo, si un participante pierde una taquilla porque los cuartos no se juegan en su campo, puede ganar un pellizco de los derechos televisivos de una fase final de enorme interés. Creo que todo se puede equilibrar. Aun así…imaginen por un momento, el impacto y la repercusión a todos los niveles. ¿Les resultarían interesantes a ustedes los partidos? (para quién guste del futbol claro). ¿Les resultaría interesante a las ciudades organizarlo? ¿Y a los equipos ganarla? ¿Y a los medios? ¿Y si un equipo de segunda o segunda B llegara a cuartos?
Al menos, sería emocionante.