Ya sí, ya empezamos a recoger material para opinar algo más consecuentemente sobre esta selección española de futbolistas. Y no ando yo muy satisfecho de lo que le veo a la selección.
En general, ya hay algunas cosas claras.
Del Bosque, consecuente con sus ideas, ha apostado definitivamente por jugar con gente de banda que abra el campo. Siempre ha sido ese el mayor cambio que ha querido introducir respecto a la anterior etapa, y de ahí venían algunas de las dudas que generaba su método, que modificaba ligeramente un esquema de juego exitoso. Las dudas se disiparon en cuanto los resultados corroboraron y mejoraron los datos de la anterior etapa (salvo en torneos de este tipo). No lo cumplió en el primer partido del mundial en el que salió con Xavi, Iniesta y Silva, muy similar a la anterior etapa, y cuando en el segundo tiempo quiso rectificar (hablo siempre bajo su punto de vista) ya fue tarde. Se perdió el partido, aunque no fuera ese el motivo, o el único motivo. Hoy, desde el principio con Navas y Villa haciendo de extremo y cayendo a banda constantemente. En adelante, se ganará o se perderá, pero con bandas y abriendo el campo. ¿Y cuando vuelva Iniesta? ¿Quién irá al banquillo? ¿Navas? ¿Torres? Apuesten.
Otra cosa clara es que para Del Bosque, Cesc ocupa la misma posición de Xavi en el terreno de juego y solamente jugará sustituyendo, de titular o suplente, al segundo. Me aventuro a decir que solo los juntaría en el caso de prescindir de un medio centro, Xabi Alonso o Busquets.
Va quedando meridianamente claro la tremenda importancia del puesto que ocupa Busquets en el campo. Hoy ha estado soberbio, sin duda, pero insisto en mi opinión de que no llega al nivel de la exhibición que dio Senna en la Eurocopa.
Al finalizar el encuentro, Del Bosque afirma que juegan “con las ideas claras, otra cosa es la definición”. No estoy totalmente de acuerdo, aunque claro está, yo entiendo muchísimo menos de eso del futbol. Algunas veces veo prisas, miedo en otras, precipitación, pero sobre todo, y por comparación con otras grandes selecciones y con los ganadores de torneos anteriores, no veo a la selección con una clara superioridad en los detalles, que en mi opinión suponen la diferencia entre los mejores y los que ganan torneos. Sin duda, todavía se está a tiempo de solucionarlo, pero no tengo demasiada confianza, discúlpenme. Yo veo a una selección que hoy ha ganado claramente a un equipo mediocre, un equipo que se desorganizaba por momentos, frágil y vulnerable, que abría espacios, que perdía las marcas, que no iba bien por arriba, que no sabía sacar la pelota jugada, con un centro del campo nulo, con mal desplazamiento largo, etc. Y no sólo ha fallado la definición, que dice el seleccionador, sino que también ha fallado (salvo rachas que duran minutos) la clarividencia del centro del campo hacia arriba, en el último pase, en el desmarque, etc. Yo creo que tenemos una selección agotada, más en términos mentales que físicos, después de una larguísima y exigente temporada de casi todos sus jugadores.
Con todo, lo peor ahora y antes de comenzar el torneo, es el lastre que los jugadores llevan sobre sus espaldas, no tanto como vencedores de la Eurocopa, sino el lastre de soportar las miles de portadas y noticias estúpidas que la prensa ha vertido sobre la selección y su juego a lo largo de muchos meses. El lastre de haber visto manipulado su nombre o mote, “La roja”, de haber leído y escuchado de todo en modo triunfalista, de no haberse tenido en cuenta a los rivales, etc. Porque una cosa es ilusionarse y ser optimista, que es nuestro derecho como aficionados, y otra la burda manipulación emocional mediante la cual, hace meses nos imaginamos cómo serán los festejos, contra quién jugaremos la final, eligiendo cruce de octavos, cuartos, etc sin ni tan siquiera jugar el primer partido. Sólo se gana paso a paso, partido a partido, y la prensa española tiene a la opinión pública de salto en salto, para delante o para detrás, pero saltos, saltos y grandilocuencias. Hoy mismo, antes de jugar contra Honduras, en la radio sólo se escuchaban cábalas que miraban al cruce de Octavos. Es lo que tenemos…y si vende, es lo que nos merecemos.
Todavía no hemos ganado a Chile.