"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

26 de julio de 2010

4ª RUTA DEL BOROSA


Hacer la Ruta del Borosa cada verano es algo que, con excepciones, se está convirtiendo en tradicional. Ya voy por la cuarta.

La Ruta del Borosa es probablemente la ruta de senderismo más conocida y transitada de la Sierra de Cazorla. Ofrece muchas ventajas como son la accesibilidad, la dificultad media del recorrido con pocos tramos complicados y sobre todo la belleza del trayecto. En esta ocasión y debido al intenso calor, la ventaja que más he agradecido ha sido la posibilidad de darse un gratificante chapuzón en las frías aguas de alguna de las pozas que se forman en el recorrido del rio. Un gustazo.

Dejo algunas fotografías de cosecha propia como ejemplo.


24 de julio de 2010

TEATRO: EL TESTIGO por RAFAEL ÁLVAREZ "EL BRUJO"

Ayer pasó por las tablas del Teatro Montemar de Baeza, Rafael Álvarez “El Brujo”, y un servidor se acercó presintiendo que merecía la pena.  

Rafael Álvarez, como se puede deducir, es un polifacético y reconocido actor de teatro, sobre todo, pero también de cine y televisión, que interpretó la obra EL TESTIGO. En esta obra “El Brujo” interpreta el papel de Juan, que en la austera ambientación de una taberna nos da a conocer a Miguel Pantalón, imaginario cantante flamenco que poca gente llegó a conocer pero del que mucho se cuenta. Él, que sí lo llegó a conocer, traza una radiografía ácida de sus virtudes y miserias, logrando “llevarse al huerto” con ella a todo el auditorio.

Primero en la obra supo ser brillante, certero, y sacar partido a su arte con “omisiones, medias palabras y sobreentendidos” que dice Juan Ignacio García en ABC. Profesional donde los haya, supo lidiar con alguna imprevista interrupción y sacarle partido para su propia grandeza. Pero también supo ser mordaz, sutil y preciso en el postrero regalo de despedida que le hizo al auditorio en forma de breve e hilarante monólogo crítico, sobre todo con quien se atreve a entrar tarde al teatro o con los maleducados e hirientes flash de los aficionados al recuerdo gráfico. En esas, enfiló casi todos los palos, desde la Casa Real, la Iglesia, los tópicos andaluces, el flamenco y el trabajo.

Muy buen trabajo el suyo. Mi presunción fue acertada. Bien que lo disfruté.

17 de julio de 2010

EL IMPERIO DE LA VERGÜENZA

El imperio de la vergüenza es sencillo de explicar, miren. El imperio, ahora en nuestro tiempo, son las macro empresas globalizadas mundialmente (los "cosmócratas") que principalmente se ocupan de las industrias farmacéutica, armamentística, petrolera y por el estilo. Estos nuevos emperadores mundiales con su enorme poder adquirido subyugan incluso a las naciones. En muchas ocasiones también ocurre que las personas que se erigen en la cúspide de esas macro-empresas son también quienes dirigen los designios de sus países y prevalece siempre el afán de poder y riqueza.

La vergüenza, es el expolio que sufren muchos países, sobre todo los llamados del tercer mundo, gracias a la asombrosa maquinaria de intereses y sumisiones que han creado estos nuevos imperios. La vergüenza también es cómo irremediablemente miles de millones de personas en el mundo viven bajo la más absoluta miseria debida a que sus países poco pueden hacer más que verse saqueados por un sistema que les expolia y les impide recuperarse. No hay futuro para ellos. Estas muertes perfectamente podrían ser denominadas asesinatos por lo que el autor denomina “las armas de destrucción masiva” de las potencias o los dictámenes que las subyugan. El hambre y la deuda que asolan las economías nacionales y que le vetan toda posibilidad de levantar cabeza.

De entre los muchísimos ejemplos que aporta, anonadado me he quedado al conocer que gran parte de la actual deuda de Ruanda (asolada por un genocidio tribal interno donde casi un millón de personas fueron asesinadas ante el pasotismo de la comunidad internacional) corresponde al pago por los machetes comprados y utilizados por el anterior régimen para matar a sus propias familias, madres, hijos, hermanos, etc. Para ello dedican casi todos los recursos del país.

Jean Ziegler fue relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación y ahora vicepresidente del consejo asesor para los derechos humanos también de la ONU. Debido a estos cargos ha viajado y conocido muchos de los hechos y efectos que en este libro relata. Quizá esta denuncia sea su granito de arena ante una situación irreversible salvo con una gran revolución.

Dejo unos extractos interesantes:

«Los señores de la guerra económica han saqueado el planeta. Atacan a los Estados y su poder normativo; cuestionan la soberanía popular, subvierten la democracia; saquean la naturaleza y destruyen a los hombres y a sus libertades.» «Ningún contrapoder constituido —ni estatal ni sindical— está en condiciones de cuestionar su poder absoluto», añade. ¿Y qué hacer contra su violencia, su cinismo o su desprecio? Pues «volver a empezar la revolución», «luchar por la justicia social planetaria» e «informar y hacer trasparentes las prácticas de los señores feudales». «Los vampiros huyen de la peste de la luz del día.»

“El orden mundial 'asesina' cada día a 100.000 personas hambrientas”.

“Los señores del imperio de la vergüenza organizan la escasez de servicios, de los capitales y de los bienes en función del máximo beneficio", asegura. Esta escasez organizada destruye cada año la vida de millones de hombres y mujeres sobre la tierra. Así más de 10 millones de niños de menos de 5 años mueren cada año por desnutrición, epidemias, contaminación de las aguas e insalubridad”.

“Para lograr imponer este régimen de sumisión de los pueblos a los intereses de las grandes compañías privadas, existen dos armas que los nuevos señores feudales saben utilizar admirablemente: la deuda y el hambre”.

“Además, esta formidable maquinaria diseñada para someter maltrata y difama a la ONU y a su secretario general, y ya no acepta ninguna de las limitaciones del derecho internacional, que se encuentra en estado agónico. Los señores de la guerra económica, no contentos con saquear el planeta, atacan a los Estados, cuestionan la soberanía popular, subvierten la democracia y destruyen las libertades de los hombres.”

10 de julio de 2010

ALEMANIA 0-1 ESPAÑA

El primer recuerdo nítido y verdadero que tengo de un mundial de fútbol es el de un niño que abre una pelota y de la que sale una paloma volando. Ya saben que aquello fue allá por el año 82 y el mundial se jugaba en casa. Es tan sólo una imagen. No recuerdo nada más.

Ya más crecidito, aunque no mucho, recuerdo claramente haber visto junto a mi padre y en una pantalla gigante los cinco goles de Butragueño a Dinamarca, una Dinamarca que apuntaba alto en ese mundial y a la que nosotros robamos el favoritismo, y con él nos dimos el primer gran batacazo mundialista que yo recuerdo, no ser capaces de ganar a Bélgica y el trágico penalti de Eloy. Ya para entonces esbozábamos lo que ahora es norma, aquello de pensar en la semifinal sin ganar los cuartos. Por entonces, ya analizábamos cómo parar a Maradona. Siempre un paso por delante.

Hasta ahora, Michel retirando la cabeza frente a Yugoslavia, Tassoti dándole cariño a Luis Enrique, Nigeria matándonos a correr mientras Zubi se recostaba en el césped, Al-Ghandour y el penalti de Joaquín, otra vez, e incluso el ilustre pre-jubilado Zinedine enseñándonos cómo se juega a las batallitas han forjado a fuego mi más sincero pesimismo.

Sin embargo ahora, hace ya unos años que nuestros deportistas, los españoles, se han engrandecido hasta cotas insospechadas gracias a haber nacido sin complejos frente al mundo, con la transición política culminada, haberse rodeado de descaro, arrogancia (en el buen sentido) y confianza en sus propias posibilidades. Son capaces y son optimistas. Todos los deportes en este País, o casi todos, han alcanzado recientemente niveles elevados de éxito y sólo falta el pequeño, último y decisivo pasito de la selección de fútbol, que es seguramente el máximo exponente deportivo en cuanto a repercusión, para que incluso yo pierda ese pesimismo acomplejado en cuanto a nuestros resultados deportivos.

Entre tanto, esta selección de fútbol ya nos tiene en vilo porque va a jugar, por fin, la final del mundial, gracias a que han sido superiores a Alemania y al majestuoso vuelo de Puyol, que ejemplifica claramente esto que vengo diciendo de capacidad y confianza en sí mismos de los deportistas españoles. Una final por la que yo no apostaba, lo confieso, pero (siempre hay un pero) que aún está por jugar, y aunque ya se perciba como un éxito, en mi opinión larga es la distancia que va del campeón al segundo. El camino mundialista de este año es efectivamente exitoso, pero sólo ganando el mundial se podrá superar el estigma perdedor de nuestra selección de futbol, minimizado que no superado por haber ganado la Eurocopa. Pero una Eurocopa y un Mundial no son lo mismo, no nos engañemos.

Mañana se juega la final. A mí, tristemente me pilla trabando y sólo quienes llevan siguiendo los mundiales a piñón toda su vida saben lo que yo sentí cuando no me cambiaron el turno de trabajo. Al carro de una final y la posible fiesta se suben todos, hasta los más profanos en futbol, mundiales y deporte, y eso a mí me ha dejado en tierra ahora, en la final que he esperado desde siempre. Quizá puedan hacerse una idea de cómo me siento. Como consuelo, quizá pueda verla…aunque trabajando.

Por lo demás, recordar que jugamos frente a Holanda. ¿Puede una selección de futbol jugar tres finales de un mundial y perder las tres?

Ojalá sí.

3 de julio de 2010

PARAGUAY 0-1 ESPAÑA

Confesionario.

Y: ¡Padre, he venido corriendo! Debe usted perdonarme, no puedo más con esta culpa. He cometido un terrible pecado.

Cura: Hijo mío, qué puede ser tan grave. Si verdaderamente estás arrepentido, Dios escuchará tu arrepentimiento. ¿Qué has hecho?

Y: He difamado. He dudado. Lo he nombrado en vano.

Cura: ¿Hablas de nuestro señor?

Y: No, ¡¡¡de San Iker!!!

Cura: ¡Dios mío!...santiguándose…yo no tengo autoridad en la tierra para tamaña herejía…reza lo que sepas y que Dios se apiade de tu alma. Rezaré por tu salvación.



Pd: Empiezo a estar un poco harto de la Fifa y sus árbitros.