"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

23 de diciembre de 2009

AVATAR

Ya he pasado por el cine a verla.
Si una película es en 3D, llama la atención el tema de las gafas. Parece que uno no se podrá acostumbrar ya que no son precisamente cómodas. Pero si, pese a mis temores, todo fue bien. Uno se acostumbra.
En cuanto al argumento, AVATAR trata sobre la conquista de un planeta llamado Pandora, repleto de fauna y flora, para extraer un valiosísimo mineral. Los hombres, que han viajado desde La Tierra, planeta ecológicamente abocado al fin, encuentran en Pandora unos habitantes aborígenes - azules y de 3 metros de altura - que se resisten a abandonar la tierra donde viven, epicentro del mayor yacimiento de ese mineral. El plan humano consiste en la creación de unos cuerpos con genética mitad humana mitad aborigen (a esos cuerpos se los denomina Avatar) para sobrevivir en la tóxica atmosfera del planeta, que serán manejados por cerebros humanos entrenados y que tratarán de infiltrarse en la tribu aborigen y convencerlos para abandonar su tierra. Entre tanto, los científicos desplazados a Pandora, fascinados irán descubriendo como la naturaleza domina ese planeta en una total interconexión de sus elementos.
El actor principal es Xabi Alonso, si, el centrocampista del R. Madrid (ya me dirán cuando vean al prota con barba de cuatro días), que nos muestra la transformación de un marine americano, lisiado de piernas y gemelo de un científico del proyecto Avatar ya fallecido y al que debe sustituir por su genética idéntica, que pasará de pelear por las ambiciones de su país (como buen soldado), a pelear por sus propias ambiciones personales e ideales de trasfondo ecologista desarrollados o determinados por sus vivencias dentro de la tribu aborigen y como no podía ser menos, por su enamoramiento. (Foto: Sam Worthington).
De los demás, nada reseñable a mi parecer, ni tan siquiera Sigourney Weaver.
James Horner, con un brillantisimo trabajo en la banda sonora, ya me tiene rastreando la red en busca de otra banda sonora más para el recuerdo, para el recuerdo de aquellos que disfrutamos este tipo de trabajos fuera de la película sin parecernos algo insensato.
Como desconozco si Avatar lleva implícitos en su guión montones de homenajes al cine o simplemente a James Cameron no le daba para más la imaginación y ha ido cogiendo de casi todas las películas existentes, es importante para mi lo siguiente. Durante la película he vivenciado tácitamente el discurso patriótico y guerrero de Braveheart y Gladiator; la llegada al poblado indio y las conversaciones en leguaje nativo así como su traducción simultánea para el foráneo recién llegado de El último Mohicano; la defensa de una tierra virgen y las costumbres nativas frente al poder destructor e irracional del afán imperialista del hombre que nos enseñó Bailando con Lobos; nuevamente de Braveheart su famosa carga de caballos; la disposición de toda una flota de aeronaves hacia la batalla final de La guerra de las galaxias; la denuncia ecologista de la mucho más reciente El Incidente; las conexiones “mentales” de Matrix; y muchas más como Apocalypse Now, Alien o 2001, Una Odisea del espacio. Lo dicho, desconozco si son homenajes, o bien, ya me dirán si soy el único que ha visto eso.
En general, Avatar como película es grandiosa y he salido del cine algo abrumado ante esa exhibición de recursos, potencia visual y desde luego, flora y fauna, sacadas de la imaginación del autor. Los efectos visuales y la fotografía resultante de la técnica logran resultados preciosos, luminosos y coloristas creando paisajes y lugares paradisíacos verdaderamente memorables. El planeta dónde transcurre la acción, Pandora, es un hábitat donde la naturaleza se recrea en su versión más exuberante. De esos medios técnicos y los más de 200 millones de presupuesto también hace buen uso el director a la hora de crear toda la tecnología futurista que hay en la película.
Para mí eso del 3D, al menos en esta película funciona, por ello les invito encarecidamente a verla en el cine, pero, y el pero es importante, no creo que la historia aporte demasiado, y el guión es algo flojo pese al mensaje anti-imperialista y ecologista, por lo que otorgo un mérito especial primero, al ritmo narrativo que nos mantiene 160 minutos sin cansarnos para nada, y sobre todo, y me reitero, a la exhibición visual, la mayor exhibición visual que yo haya visto en un cine. AVATAR es verdaderamente espectacular. Al finalizar, además de tener la sensación de que nuevamente nos están colando el final feliz, saboreamos haber visto algo monumental. Extraigan lo negativo de este texto, porque también lo tiene, pero merece la pena sin lugar a dudas como espectáculo y entretenimiento de gran magnitud.

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