"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

14 de enero de 2009

RECOGER ACEITUNA......HOY

Cada año, durante el invierno, voy a recoger aceituna. Ninguna mía por cierto. Pero poco a poco las sensaciones del trabajo van cambiando.

Últimamente me veo trabajando en una fábrica. Si, como si fuera lo mismo, y me explico. El campo cada vez más parece eso. Todo a mí alrededor es maquinaria, ruido y olor a gasolina. Todos con la cabeza gacha, cada uno con una tarea concreta y a tirar, que el que viene de atrás viene corriendo. Vamos, lo más parecido a una cadena de montaje. Evidentemente, y no hay culpa, al empresario le interesa coger cuanto más y más rápido, mejor.

Viene sucediendo hace ya años, y no me era esquivo verlo, pero ahora que cada día lo disfruto menos, ha sido como un asalto a mi mente. Como un golpe en la frente. ¿Qué pasó con el campo de antaño? Por lo que se ve, antes, la campaña de aceituna podría ser más dura si cabe, tengamos en cuenta que no había maquinaria, pero también mucho más humana y amena, y sobre todo las relaciones sociales eran factibles. Gente más próxima entre sí, trabajo codo con codo, relaciones personales y conversaciones de todo tipo para distraer y animar el trabajo constante.

En fin, que hoy es lo que toca. Es lógico y comprensible, pero lo poco bonito que tenía el trabajo en el campo se está perdiendo. Con sus excepciones, ya sólo nos va quedando el aire limpio, que no está mal, y las aceitunas...que caen como lágrimas negras.


7 comentarios:

  1. También recuerdo los tiempos a los que haces alusión, la charla entre golpe y golpe de vara, la hora del angelus, esa capacha en fiambreras metalicas con esos chorizos con su pringue "cuajá", el huevo duro solitario, los comentarios típicos a la hora de degustarla, tantos y tantos olores y sabores cuando llega esta época que se van perdiendo.Llevas razón, hoy en día parece más que se vaya a la guerra que a realizar una labor ancestral que se remonta a la época de los árabes. Les echamos pero, joder lo que nos dejaron, tantas y tantas cosas.Por suerte la vivo en ambiente familiar y es distinto. Quizá sea afortunado, al menos así lo creo.Pero esto ya no tiene vuelta atrás.Que pena.Intentemos sacar lo bueno que le queda, como a otras muchas cosas de la vida.Positivismo.Disfrutadla amigos, segura que la veremos peor (dijo un tal Murphy).TROTAMUNDOS.

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  2. Si yo recogiese aceituna seguramente tendría la misma sensación a la que te refieres.
    Por cierto ¿Se adelgaza en la aceituna?.

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  3. Es fácil adelgazar, si. Yo este año sin ir más lejos 4 ó 5 kilos...pero sabes que iba pasadito de peso.
    No hay que olvidar también, que el trabajo en el campo da mucha hambre con lo cual, si uno no se controla puede ingerir tanto como se quema.

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  4. HE ACCEDIDO A TU BLOG POR AMIGOS QUE ME HAN LLEVADO DE UNOS A OTROS. NO ME LO HE LEIDO TODO, PERO YO TAMBIEN ESTOY EN LA ACEITUNA Y PARECE QUE ME HAS LEIDO EL PENSAMIENTO.

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  5. Las cosechas, a pesar de los esfuerzos, tienen algo de regalo. Quizá por eso quedan grabadas en la memoria.
    Gracias.

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  6. Así es todo hoy día.
    Los olivos ya no abrigan el conversar de las mujeres que cogen las aceitunas. Ni las varas acompasan la charla de los hombres. Y, aunque nunca se pudo holgar en exceso -antes, más bien por el acecho del manijero- hoy, además, es el propio aceitunero quien llega al tajo, como bien dice Martín, como quien ficha en la fábrica.
    ¡Por Dios!, si hasta el silencio que musita en el almuerzo, a veces, evoca miedo. Menos "tupperware" y más fiambreras, ¡coño!

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  7. Gracias a ti REBUFO por tu blog, que para mi también tiene algo de regalo.

    ROME, perfecto. Tu también has sabido reflejar esas sensaciones.

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