Llevaba tiempo esperando encontrarme este libro en castellano, y digo bien, encontrarme, que no buscando, y sucedió una semana atrás.
En La Plaza del diamante, un gran clásico de la literatura catalana, Rodoreda cuenta la historia de vida y supervivencia de una mujer - Natalia - en la España, Barcelona para concretar, de antes, durante y después de la guerra, su matrimonio no muy dichoso con un joven bastante egoísta, la llegada de los hijos, el trabajo, el hambre, la desdicha y la desesperación, la esperanza y la salvación, etc. realizando con ello un preciso dibujo de la vida en aquella época, y seguramente también una gran recreación del secundario y subordinado papel de la mujer en esa época.
Han sido más las expectativas que albergaba con este libro que el entusiasmo posterior a la lectura, si bien, debo reconocer las evidentes virtudes de la narración. Está todo contado con un lenguaje muy preciso, alegre y vivaz. La sutileza que emplea es su gran arma (algo parecido dice el ejemplar que yo tengo). Como ocurre prácticamente con casi todo en esta vida, hacer las cosas de manera sencilla es lo más costoso, y la autora lo consigue en su narración, pero por otra parte la historia, aunque significativa, no es precisamente la más interesante del mundo. Con todo, me doy por satisfecho. Esta mujer escribía muy bien.
Hombre, ya lees más literatura catalana que yo!!
ResponderEliminarEspero que no te hayan cobrado peaje al final.
Recuerdo la serie, a mediados de los 80 y Colometa daba bastante pena... igual cuando le levante el veto a la novela me lo leo.
Ahora te toca pasearte por las calles del barrio de Gràcia!
De momento, nada de peaje XDD.
ResponderEliminarCuando levante el veto a la novela será de traca ¿tiene alguna lista de novelas pendientes?
Yo creo que en el barrio de Gràcia ya estuve, pero me gustaría volver por allí claro. Usted lo frecuenta ¿no?
No tengo lista de novelas, creo que el veto va para largo.
ResponderEliminarEl barrio de Gràcia no lo frecuento demasiado, la verdad. Yo trabajo al principio de paseo de Gràcia, por lo que me queda un poco lejos, pero sin duda merece la pena darse una vuelta por allí.
Como yo de pelis no estoy puesta, he aprovechado para felicitarte la navidad, aunque en su dia en la cena lo hicimos, por este año y el que entra, por olvidar los sin sabores de la vida, por quedarnos con los buenos momentos, por que el 2010 nos permita obtener aquello que no conseguimos, por poder seguir contando y seguir soñando, feliz 2010!.
ResponderEliminarEn días tranquilos es fácil estar rodeado de amigos, cuando del cielo cae un diluvio veras los sinceros. Los que son falsos desaparecen, se derriten como el hielo. Los que son fiel serán tus raíces y aguantaran cualquier viento.
y de libros hace mucho que no leo, jejje, los lei la mitad en el verano.
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