"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

1 de febrero de 2009

INDAGACIONES III

Ella, a sus 67 años, estaba terminando en el baño y sentía esa noche como especial. Podía apreciar el cosquilleo en la barriga, pero no eran nervios, ni mucho menos inseguridad.

Él, algo más inquieto y menos avezado, la esperaba en la cama intentando que todo estuviera correcto sin dejar de mirar a su lado. Había un silencio forzado, y un olor suave y dulce dominaba la habitación.

Ambos sabían que esa noche dormirían poco, pero… ¡qué importaba! Llevaban ya un tiempo anhelando ese momento y se hallaban recompensados por la vida.

Tenían unas valiosas horas por delante para atender sus necesidades. Era la primera vez que dormirían velando el sueño de su nieto recién nacido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario