"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

23 de junio de 2010

LA VENGANZA DE LA TIERRA

La venganza de la Tierra es un recomendable libro donde de forma clara, amena y muy divulgativa, Lovelock nos hace ver que la hemos cagado. Nuestro natural antropocentrismo le ha chupado la sangre a la Tierra de tal manera que la hemos cabreado lo suficiente como para que nos mande a la mierda. Y parece ser que tiene poco remedio. Y por cierto, una de las cosas que más me ha llamado la atención es que hace replantearnos la imagen tan comúnmente adversa que se tiene en la sociedad acerca de la energía nuclear.

Con unos breves extractos lo apreciarán mejor:

“La Teoría de Gaia contempla la Tierra como un sistema autorregulado que surge de la totalidad de organismos que la componen, las rocas de la superficie, el océano y la atmósfera, estrechamente unidos como un sistema que evoluciona. La teoría afirma que este sistema tiene un objetivo: la regulación de las condiciones de la superficie para que sean lo más favorables posible para la vida que en aquel momento pueble la Tierra.”

“Aunque dejáramos de inmediato de tomar tierras y agua de Gaia para producir comida y combustible y no contamináramos más el aire. La Tierra tardaría más de mil años en recuperarse del daño que ya le hemos causado…”

“La expoliamos de tal forma, que la estamos dejando sin medios para sostener el confortable mundo al que estamos acostumbrados. Ahora la Tierra está cambiando, siguiendo sus propias reglas internas, hacia un estado en el que ya no seremos bienvenidos.”

“Por un lado, interferimos con la regulación de la temperatura aumentando el calor y por otro lado la privamos de los sistemas naturales que le permiten enfriarse”.

“Los climatólogos creen que estamos peligrosamente cerca del umbral a partir del cual se desencadena el cambio adverso; un cambio que, hablando en términos humanos, es irreversible.”

“A pesar de todas las amenazas, seguimos destruyendo y parece que sólo nos preocupe el ínfimo, casi imaginario, riesgo de cáncer que generan los teléfonos móviles, las líneas de alta tensión, los residuos de pesticidas en las comidas o la propia luz solar. Y más miedo todavía nos da cualquier cosa que tenga que ver con la energía nuclear. En realidad, nos preocupamos por el mosquito y nos tragamos el camello.”

“¿Cómo puede ser, se preguntara usted, que algo tan bueno, tan inofensivo, como la energía nuclear haya sido demonizado hasta el punto de que la gente y los gobiernos prudentes temen utilizarlo? Creo que es consecuencia de la vulnerabilidad de la gente ante el asombroso poder de una mentira repetida incesantemente…”

“Un buen científico sabe que no hay verdades absolutas y que no todo es cuestión de probabilidades (en referencia a porqué no hacen defensa pública de la energía nuclear), mientras que un activista antinuclear no se detiene en matices y pinta con brocha gorda”.

1 comentario:

  1. Estupenda la teoría de Gaia, que descubrí en una clase de metodología de las ciencias sociales, donde la profesora lo mismo te hablaba lo mismo de eso que de los Monty Python... qué tiempos!

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