"In me omnis spes mihi est" (Terencio).

25 de septiembre de 2010

PRESENTACIONES INOLVIDABLES

Dentro del extenso anecdotario de mi trabajo merecen un lugar especial las presentaciones. Ya un compañero mío vivió una de las más antológicas, en la que un hombre entrado en años con toalla al hombro y acercándose al mostrador de un balneario soltó la perla de…”Buenos días, que vengo a lavarme”.

Pero las telefónicas no le van a la zaga. Les presento la más reciente.

“¡Hola, llamo de Obejo y soy Marciana!”.

5 comentarios:

  1. Es que con esto de los nombres, pasan unas cosas: Fuí hace años a visitar una cooperativa de aceite, y en los datos de contacto me aparecía "Nombre del Presidente: Concepción..." Iba yo pensando el el coche -jó qué raro, una mujer presidenta-

    Total que llego al sito propiamente dicho, entro a una oficinilla dónde había un señor de mediana edad (buena gente), y pregunto: -Por favor, ¿la presidenta?, entonces me responde:-¿tú me has visto a mí cara de presidenta?

    Imáginate mi careto...se ve que el hombre estaba acostumbrado a esas situaciones.

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  2. Esa es buena, lo de los nombres da mucho juego. Yo también he conocido señores con nombre de señora...pero con nombres que no tienen explicación ni vuelta de hoja ehh.

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  3. Jajjaja, tenemos anecdotas Bastantes Espinosas, jejeje.

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  4. A ti visitante ajeno a mi trabajo, te comento que Bastante Espinosa son los apellidos de una señora que acabamos de recibir en nuestro trabajo. De ahí las mayusculas y el comentario de mi compañero Antonio.

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  5. la semana pasada en una cena de chicas, salió este mismo tema, me acuerdo de Larubia Zorrilla, que lastima de niñez de la chica llamada Inmaculada...

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