Dije que se oían maravillas de este libro, y ahora, una vez leído, las corroboro. El Factor Humano es un libro brillante tanto en la forma como en el fondo que cuenta de manera amena y sencilla hechos bastante importantes en la historia del siglo pasado.
John Carlin nos transporta a los diez años decisivos en la forja de un país, Sudáfrica, narrando los hechos a través de una de las figuras más trascendentales del S.XX, Nelson Mandela. De 1985 a 1995, progresivamente nos relata desde el último periplo carcelero y posterior liberación de Nelson Mandela hasta las primeras elecciones con libertad de participación, y que dieron paso a la abolición del Apartheid y al establecimiento de un régimen democrático en Sudáfrica. La historia, bien hilvanada en hechos y personajes, se articula alrededor del rugby a partir de 1993, deporte importantísimo para la minoría blanca y que terminaría siendo decisivo en el plano emocional mediante la forja de un verdadero sentimiento nacional de unión para todos los sudafricanos canalizado a través de la victoria en la Copa del Mundo de Rugby de 1995, celebrada en el propio país de Sudáfrica. Con todo ello, Carlin logra acercarnos a un hombre y un país con una magnífica historia de diálogo, perdón y reconciliación.
Este relato periodístico queda a mitad de camino entre, la historia política, la biografía y el relato deportivo, y logra con ello un notable dinamismo narrativo a través de las circunstancias de un periodo de la historia que hasta mí, por distancia y desinterés, llegó en su día bastante distorsionado.
Ha tenido que ser este último libro, la mejor lectura de todo 2009. Esto supone una satisfacción añadida ya que me permite hacer una recomendación literaria a mi lector con veto a la novela, y poder devolver al menos una de las muchas que yo recibo por su parte.
Sigo esperando INVICTUS, la película de Clint Eastwood sobre este libro.
Llevaba tiempo esperando encontrarme este libro en castellano, y digo bien, encontrarme, que no buscando, y sucedió una semana atrás.
En La Plaza del diamante, un gran clásico de la literatura catalana, Rodoreda cuenta la historia de vida y supervivencia de una mujer - Natalia - en la España, Barcelona para concretar, de antes, durante y después de la guerra, su matrimonio no muy dichoso con un joven bastante egoísta, la llegada de los hijos, el trabajo, el hambre, la desdicha y la desesperación, la esperanza y la salvación, etc. realizando con ello un preciso dibujo de la vida en aquella época, y seguramente también una gran recreación del secundario y subordinado papel de la mujer en esa época.
Han sido más las expectativas que albergaba con este libro que el entusiasmo posterior a la lectura, si bien, debo reconocer las evidentes virtudes de la narración. Está todo contado con un lenguaje muy preciso, alegre y vivaz. La sutileza que emplea es su gran arma (algo parecido dice el ejemplar que yo tengo). Como ocurre prácticamente con casi todo en esta vida, hacer las cosas de manera sencilla es lo más costoso, y la autora lo consigue en su narración, pero por otra parte la historia, aunque significativa, no es precisamente la más interesante del mundo. Con todo, me doy por satisfecho. Esta mujer escribía muy bien.
Si una película es en 3D, llama la atención el tema de las gafas. Parece que uno no se podrá acostumbrar ya que no son precisamente cómodas. Pero si, pese a mis temores, todo fue bien. Uno se acostumbra.
En cuanto al argumento, AVATAR trata sobre la conquista de un planeta llamado Pandora, repleto de fauna y flora, para extraer un valiosísimo mineral. Los hombres, que han viajado desde La Tierra, planeta ecológicamente abocado al fin, encuentran en Pandora unos habitantes aborígenes - azules y de 3 metros de altura - que se resisten a abandonar la tierra donde viven, epicentro del mayor yacimiento de ese mineral. El plan humano consiste en la creación de unos cuerpos con genética mitad humana mitad aborigen (a esos cuerpos se los denomina Avatar) para sobrevivir en la tóxica atmosfera del planeta, que serán manejados por cerebros humanos entrenados y que tratarán de infiltrarse en la tribu aborigen y convencerlos para abandonar su tierra. Entre tanto, los científicos desplazados a Pandora, fascinados irán descubriendo como la naturaleza domina ese planeta en una total interconexión de sus elementos.
El actor principal es Xabi Alonso, si, el centrocampista del R. Madrid (ya me dirán cuando vean al prota con barba de cuatro días), que nos muestra la transformación de un marine americano, lisiado de piernas y gemelo de un científico del proyecto Avatar ya fallecido y al que debe sustituir por su genética idéntica, que pasará de pelear por las ambiciones de su país (como buen soldado), a pelear por sus propias ambiciones personales e ideales de trasfondo ecologista desarrollados o determinados por sus vivencias dentro de la tribu aborigen y como no podía ser menos, por su enamoramiento. (Foto: Sam Worthington).
De los demás, nada reseñable a mi parecer, ni tan siquiera Sigourney Weaver.
James Horner, con un brillantisimo trabajo en la banda sonora, ya me tiene rastreando la red en busca de otra banda sonora más para el recuerdo, para el recuerdo de aquellos que disfrutamos este tipo de trabajos fuera de la película sin parecernos algo insensato.
Como desconozco si Avatar lleva implícitos en su guión montones de homenajes al cine o simplemente a James Cameron no le daba para más la imaginación y ha ido cogiendo de casi todas las películas existentes, es importante para mi lo siguiente. Durante la película he vivenciado tácitamente el discurso patriótico y guerrero de Braveheart y Gladiator; la llegada al poblado indio y las conversaciones en leguaje nativo así como su traducción simultánea para el foráneo recién llegado de El último Mohicano; la defensa de una tierra virgen y las costumbres nativas frente al poder destructor e irracional del afán imperialista del hombre que nos enseñó Bailando con Lobos; nuevamente de Braveheart su famosa carga de caballos; la disposición de toda una flota de aeronaves hacia la batalla final de La guerra de las galaxias; la denuncia ecologista de la mucho más reciente El Incidente; las conexiones “mentales” de Matrix; y muchas más como Apocalypse Now, Alien o 2001, Una Odisea del espacio. Lo dicho, desconozco si son homenajes, o bien, ya me dirán si soy el único que ha visto eso.
En general, Avatar como película es grandiosa y he salido del cine algo abrumado ante esa exhibición de recursos, potencia visual y desde luego, flora y fauna, sacadas de la imaginación del autor. Los efectos visuales y la fotografía resultante de la técnica logran resultados preciosos, luminosos y coloristas creando paisajes y lugares paradisíacos verdaderamente memorables. El planeta dónde transcurre la acción, Pandora, es un hábitat donde la naturaleza se recrea en su versión más exuberante. De esos medios técnicos y los más de 200 millones de presupuesto también hace buen uso el director a la hora de crear toda la tecnología futurista que hay en la película.
Para mí eso del 3D, al menos en esta película funciona, por ello les invito encarecidamente a verla en el cine, pero, y el pero es importante, no creo que la historia aporte demasiado, y el guión es algo flojo pese al mensaje anti-imperialista y ecologista, por lo que otorgo un mérito especial primero, al ritmo narrativo que nos mantiene 160 minutos sin cansarnos para nada, y sobre todo, y me reitero, a la exhibición visual, la mayor exhibición visual que yo haya visto en un cine. AVATAR es verdaderamente espectacular. Al finalizar, además de tener la sensación de que nuevamente nos están colando el final feliz, saboreamos haber visto algo monumental. Extraigan lo negativo de este texto, porque también lo tiene, pero merece la pena sin lugar a dudas como espectáculo y entretenimiento de gran magnitud.
Vamos con un avance. El deporte que me ha conquistado por su pasión y sus valores, narrado por el mejor cineasta que mis ojos hayan visto. Clint Eastwood “hablando” de rugby. ¡Qué más se puede pedir! Se acompaña además de dos que casi siempre me gustan, Morgan Freeman y Matt Damon. Inminente estreno de INVICTUS (para el 29 de Enero creo), película basada en el libro ‘El factor humano’ de John Carlin - ojo, se hablan maravillas de ese libro -. Basada en hechos reales y ambientada sobre todo en la Copa Mundial de Rugby que ganó Sudáfrica en 1995. En ella Nelson Mandela liberado y presidente ya, lucha por reconciliar un país cargado de odio y racismo entre negros y blancos utilizando como arma uno de los deportes nacionales. Deporte y Sociedad unidos como tantas otras veces. Son muchas mis expectativas.
El desafío Frost / Nixon: Película mucho mejor de lo esperado sobre un tema poco original y con poco lugar a la sorpresa. Para las dos horas que dura, casi siempre mantiene bien el tono y la tensión narrativa. La interpretación de Frank Langella en el papel de Nixon, alrededor de la cual se sustenta en gran medida la valía de la película, es muy buena.
Annie Hall: ¡Qué decir! Si, ya lo sé, llevó mucho retraso, pero por eso se llama así la entrada. Yo no tengo todo el tiempo del mundo, y el que tengo se reparte entre muchísimas cosas, con lo cual, ¡por fin la he visto! El Woody Allen más genuino y característico verdaderamente se muestra en esta época en todo su esplendor. Diálogos geniales. Imprescindible.
Iron Man: Pizza, Coca-cola y a desconectar. Cerebro en modo off. Ni tan siquiera he forjado una opinión sobre la película. Lo que si he de destacar, y además de manera efusiva, es que si alguien no sabe lo que es “una mujer de verdad”, sólo tiene que echarle un vistazo a Gwyneth Paltrow. Aquí sale realmente bien. Esta chica, además de belleza, tiene mucha clase, y por lo poco que he conocido, parece que en su vida real también.
Transsiberian: No, sigo sin soportar al Noruega ese, Noriega perdón, Eduardo para decir más. Asimismo, empiezo a pensar que las películas de trenes ya no dan para más, y en todo caso exigirían un guión de matrícula. Para mí que se queda a medio camino de colmar sus objetivos, y con todo lo que podría haber sido, no logra saciar las expectativas. Thriller, psicológico por momentos, alrededor de personajes cliché que nos muestra bellísimos y helados paisajes esteparios como ambientación para una pareja que decide viajar de China a Moscú en el Transiberiano, en plan aventurilla y para fortalecer su relación. Los problemas vienen con una pareja que conocen en el tren. Los giros argumentales no hacen sino dañar el conjunto. Al menos Ben Kingsley siempre es aceptable.
007 Quantum of Solace: Todos sabemos cómo van las pelis de este famoso espía. Esta es una más pero con una aportación interesante, que es moda según parece, puesto que ya le pasó a Batman, en la estupendísima El Caballero Oscuro. Esa aportación no es otra que el explorar las sombras y el lado oscuro en la personalidad del “héroe”, el espía por antonomasia, la ira, el deseo de venganza… me gusta porque generalmente las cosas no son ni blanco ni negro. Aun así, sustentar con efectos lo que el guión no da, hace que no se pueda aprobar, hay demasiada violencia por momentos. Antes el 007 era más sutil. Para la polémica decir que, aunque ningún 007 alcanzará la clase que destilaba Sir Sean Connery, este Daniel Craig no está mal del todo. Le sobra algo de gimnasio.
Esta recomendación me viene dada (gracias Chemi), y por extensión se la hago yo a ustedes. Como ya han visto, se trata de Mando Diao, una banda sueca que últimamente ha tenido diversas apariciones en los distintos festivales de renombre de España y Europa, y también han teloneado a una de las bandas con más proyección de los últimos años, Franz Ferdinand.
Como a mí se me quedan algo grandes términos como Indie Rock, Garage Rock o Post Punk Revival, que son algunos de los que he leído para definir a estos suecos, ¡con lo fácil que era la catalogación en mis tiempos!, lo mejor será que, como siempre, deje un enlace a la canción que más me ha gustado, y sin llegar ser yo un apasionado de este grupo, sí considero apropiado darle un repasillo al disco ‘Give me Fire’ con algunas cosas más que interesantes, como por ejemplo Dance with somebody.
Para mí, lo beneficioso de Spotify son dos cosas principalmente: la primera es no tener que archivar música para tenerla a mano pudiendo escucharla siempre que se desee, y la segunda, tener acceso rápido al audio de muchas cosas que conviene juzgar antes de grabar, pienso por ejemplo en grabar los CD’s para el coche.
En cualquier caso, alguna vez me han preguntado si se puede descargar la música de Spotify, así que dejo un enlace a un tutorial encontrado que habla precisamente de eso, de descargar música directamente de Spotify; grabar más bien diría yo. Quizá solo les sea útil para conseguir algún disco de difícil descarga, cosa rara. En cualquier caso, la opción de hacerlo, no es desdeñable.
Desde que leyera Soldados de Salamina, Javier Cercas, su autor, se convirtió en una referencia a tener en cuenta, y aunque sus libros posteriores no son ni de lejos del mismo nivel, sigo fielmente su faceta de articulista que nos ha dejado textos muy brillantes.
El último de ellos lo leemos hoy en el suplemento dominical EPS: “Yo me bajo en la próxima”. Política española, corrupción tolerada y reformas pendientes que no interesa que salgan adelante. Recomendable artículo.
Jonah Lomu era y es jugador de rugby. Un auténtico mito que pasa por ser uno de los más grandes, y desde luego primera gran figura mediática de este deporte. Su figura ha trascendido tanto que no es necesario ser aficionado a este deporte para conocerlo. Lomu, ala de la selección All Blacks de rugby, era una auténtica fuerza de la naturaleza que con casi 2 metros de estatura y alrededor de 120 kg de peso podía correr los 100 metros lisos por debajo de 11 segundos (10’89). Jugando, era como un estilete afilado que penetraba por el ala con la fuerza de una locomotora imparable. Pero su físico que tanto le dio, también empezó a quitarle, tanto, que lo retiró del rugby casi definitivamente en el año 2003 por un síndrome nefrítico que incluso amenazaba con postrarlo en una silla de ruedas. Ahora, este mítico jugador, nos da un nuevo ejemplo de superación y acaba de volver a jugar un partido oficial, segundo intento este de volver a la actividad, superando poquito a poco un trasplante de riñón. Ha sido en la tercera división francesa, ligeramente mayor (34 años) y sin la forma física que lo encumbró. Ha declarado que desea volver a jugar con los All Blacks, pero no importa si lo consigue, lo importante de veras es la lección de esfuerzo y sacrificio que nos deja de la que tomar ejemplo. Por suerte, siempre tendremos los videos de las irrepetibles jugadas de uno de los más asombrosos jugadores de rugby de todos los tiempos. ¡Suerte para él!
Lo mejor que he encontado sobre él (muy copleto y espectacular).
Los últimos meses han resultado sorprendentemente prolíficos en descubrimientos musicales. La mayoría de las veces por recomendación, y otras por puro azar, he podido acceder a grupos que tristemente no tenía entre “mis listas”. Una vez solventado el re-descubrimiento de Goldfrapp, conocidos, pero que no había escuchado en profundidad, me dejo caer con la siguiente recomendación.
Mi último descubrimiento musical se llama Soulsavers, teloneros de Depeche Mode en esta última gira y si se animan a escuchar completa la canción que dejo enlazada estaré gustoso de escuchar sus críticas. El disco se llama Broken, fácil de encontrar, también lo tenemos en Spotify. No diré más, porque con un breve paseo por la red basta para profundizar si alguien se muestra interesado.
Malviviendo es una serie gratuita de internet que se puede seguir a través de Youtube o bien a través de su propia página web. Parece que el boca a boca está funcionando muy bien con esta serie, y así es como ha llegado a mí a través de Manuel, aunque también he podido comprobar que posee cierta notoriedad digital, y se habla de ella en una amplia diversidad de webs.
Pueden leer la reseña de la Wikipedia enlazada al principio de esta, ya que resulta más que aclaratoria sobre los hechos y circunstancias que rodean esta serie como por ejemplo que está rodada casi sin presupuesto y con actores aficionados que hacen un trabajo notable dadas las circunstancias. Malviviendo, que tiene unas geniales parodias de las cabeceras de algunas series que ya son clásicas (brillante para mi gusto la de Los Soprano – Cap.2) está ambientada en un imaginario barrio de Sevilla dominado por la delincuencia y las drogas, problemas de los que participan los amigos protagonistas.
Hasta la fecha podemos ver 8 capítulos que progresivamente han ido subiendo a la red. Posee mucha frescura y con capítulos de escasa media hora, resulta entretenida, original y divertida. Para mi gusto y mi escaso conocimiento, también es muy destacable el manejo visual de las imágenes y la voz en off que en muchos momentos guía la narración. Sin duda, esta serie ha resultado un gran descubrimiento.
Desde hace un tiempo a esta parte, cada vez que oigo hablar del cambio climático aguzo el oído y me da la risa cuando lo que toca es la vertiente escéptica o la vertiente negacionista del mismo.
Yo no soy meteorólogo. Tampoco estudio el clima ni he desarrollado profundas investigaciones al respecto. No necesito leer Nature o Science para sacar alguna conclusión. Tengo los datos en la puerta de casa. Con mis propios ojos, y después de toda mi vida viviendo en la misma tierra, he visto como desde, por poner una fecha, los últimos cinco años a esta parte, los meses de septiembre, se han convertido en esperpénticas fechas que parecen anunciar el apocalipsis en forma de lluvias torrenciales en escasas horas y grandes ríos de aguas bravas que cruzan mi pueblo y según vamos a ver, otras localidades cercanas. La verdad sea dicha, es que estos fenómenos del final estival son muy conocidos y naturales, pero no se daban en zonas interiores como donde vivo jamás se habían dado. Son cosas más comunes en el levante español y sobre todo zonas costeras. Con todo esto, yo no albergo la menor duda. Hace tiempo que el cambio climático nos tiene ganada la partida por la mano.
Primero dejo un video sacado de Youtube con una recopilación de fotos de la riada del 16 de Septiembre en Ibros (Jaén).
Luego una muestra de cómo Linares, a 22 km sufrió algo parecido un mes después.
Tengo claro que con tantas entradas de cine recientes resulto algo monotemático, pero esta es la que verdaderamente merece la pena tener en cuenta.
Entre los pocos visitantes de este lugar, se cuentan como inmensa mayoría aquellos partícipes de la descarga a través de la red en contra de pagar la visita a las salas de cine y aunque comparto en un alto grado la preferencia por la descarga, sigo siendo aficionado a la ocasional visita a las salas de cine, y hoy ha sido una de esas ocasiones. Como ya han deducido, El secreto de sus ojos ha sido la elegida y creo que ha merecido la pena tanto pagar la sesión como buscar un hueco para ir a verla. Sin duda, no soy el más exigente para eso, pero este nuevo trabajo de Campanella es una positiva excepción comparada con la media de la cartelera habitual.
Por lo demás, otorgándoles por mi parte la oportunidad de verla sin ideas preconcebidas, omito el habitual tráiler, y ya sea en el cine o descargada, me ahorro los comentarios argumentales y les animo a que la vean. Muy buena.
Ya soy uno más de los que han pasado por taquilla para ver Ágora, lo último y esperado de A. Amenabar. Después de meses esperando, ya es parte de mis recuerdos y sensaciones. Ahí van mis notas.
10. Potencia visual a raudales. Magnífica recreación de lo que debió ser la ciudad de Alejandría. Fotografía luminosa y colosales escenarios.
9. Para Darío Marinelli. Muy buena y apropiada banda sonora.
8.Rachel Weisz. Creo que no pasará a la historia, pero es lo mejor con diferencia en el plano interpretativo.
7. Un autor español manejando presupuestos gigantescos, y financiación nacional. Una peli española vuelve a llenar salas ¡Qué pena que es algo esporádico!
6. Para Max Minghella, que puede que no se quede sólo en hijo de…aunque aun le queda camino. En general, interpretaciones mejorables.
5. A la carga de profundidad que transmite con los muchos mensajes encerrados en esta historia. Tantos mensajes relacionados entre sí hacen que ninguno sea tratado con la profundidad necesaria, aunque si quedan bien esbozados.
4. A la sensación de que es una buena película, pero que algo falta, y a lo difícil que es describir ese algo.
3. A la falta de intensidad de la narración. Aunque supongo que el intento de ser fiel a la historia en ocasiones provoca estas cosas, ya lo vimos en Alatriste, el resultado final es bastante plano. ¿Serán los sobrios movimientos de cámara en los momentos álgidos? Por cierto, no sabemos cuánto afectan a esto los tijeretazos al metraje.
2. Para Amenábar, porque lo cortés no quita lo valiente, y viendo su incuestionable talento para el cine, me sabe a poco una peli donde sobre todo destacan los aspectos técnicos, más aun tras sus geniales operas primas.
1. A las patatas en el cine. ¡Por Dios bendito, que se prohíba su venta!
0. A la intolerancia. ¡Que se vea que prestamos atención! La historia, se supone, está para eso, para aprender de ella.
En el último premio Príncipe de Asturias de las Letras, de los cinco finalistas, cuatro eran sobradamente conocidos por mí, y sólo uno llamado Ismaíl Kadare me era ajeno en todo. Desconocía su existencia y ninguna obra suya había pasado por mis manos. Como no podía ser menos, para hurgar en la herida de mi ignorancia, él fue el ganador. Pasado el tiempo, y con tranquilidad, he tenido tiempo de documentarme, e incluso saber que cada año se cuenta entre los favoritos para ganar el, sorprendente a veces, Premio Nobel de Literatura.
Dejándome llevar más por la fiabilidad del premio Príncipe de Asturias que por la del Nobel, he hecho mi primer acercamiento a su obra. Ha sido con El Palacio de los Sueños.
En él nos cuenta el rápido ascenso como funcionario de Mark-Alem, un descendiente de noble e histórica familia cuyo trabajo se desarrolla en el enigmático Palacio de los Sueños, institución estatal creada para recoger los sueños de toda la población para su posterior análisis en busca de indicadores y presagios de cualquier actividad que pueda ir en contra del régimen gobernante.
Con esta potente metáfora entre la captación de los sueños de cada ciudadano a cargo del estado y la privación de su libertad, Kadaré nos cuenta una extraña historia impregnada por una portentosa aura de agobio y opresión. No se trata de una bella historia, pero tiene la fuerza de un sueño hipnótico donde predominan las sensaciones de inquietud y desasosiego. Sencillamente, y con un gran manejo del lenguaje, logra aproximarnos todo el horrible sentir de la sumisión y la falta de dominio sobre la vida propia que tanto ha combatido dado el régimen comunista que padeció en su país.
Se va acercando el primer año desde que conocieraSpotifyy tanto las noticias como su uso han corrido como la pólvora entre mis conocidos. Una alegría vamos. La verdad es que la idea parece buena y los resultados óptimos, pero hoy leo tristemente la incertidumbre de su mantenimiento. ¿Desaparecerá Spotify?
Entonces, que alguien me diga ahora que estos premios no están politizados ¡por favor! No juzgo el ánimo y la esencial intención de este premio para dar un empujón hacia la definitiva lucha por lograr la paz en algunos lugares del mundo, lugares que todos sabemos cuáles son, porque de algunos otros nadie se acuerda. Pero por el contrario, si me entristece que se hayan obviado a otras personas que llevan tantos años trabajando por esa Paz, sobre todo en aquellos lugares donde los intereses económicos y sociales de las grandes potencias no llegan.
Star Treck (2009): En el cine de ciencia ficción, hay quien piensa que las personas se dividen en dos grupos, los amantes de La guerra de las galaxias, y los amantes de Star Treck. Yo me quedo en medio. Esta nueva pieza de la saga está concebida para explicarnos el origen de cada histórico personaje hasta llegar a tripular el Enterprise. Todo en una. A pesar de la metedura de pata con los viajes en el tiempo, es bastante buena para aquellos que gusten de la saga. Para los demás, hay tener claro lo que se va a ver. Aceptable.
John Rambo: No me lo explico. Me pongo Rambo porque quiero tiros, sangre, puñetazos, efectos especiales, carne a la parrilla y que me toque la primitiva. En la peli esperaba todo menos lo último, y de repente me encuentro con misioneros preocupados por los refugiados en Birmania y las crueles matanzas que están ocurriendo en este país. Desde ahí, poco a poco me fue venciendo el sueño y no pasé del minuto 23. Sosa, lenta, insulsa. Está todo dicho. He hecho indagaciones y parece ser que las ostias vienen después, y en plan orgía. De todas formas, yo creo que 23 minutos son margen suficiente.
Scoop: Hace tiempo que Woody Allen se recrea y rueda para propio disfrute, explicación más que suficiente para la constante presencia de Scarlett. En algunas ocasiones consigue la brillantez como en Match Point, y en otras simplemente se queda en divertidas y entretenidas películas donde de vez en cuando siguen apareciendo brutales chistes genuina muestra de su humor absurdo, humor que a mí me encanta por cierto. Más crítica negativa no puedo hacer porque este desgarbado caballero hace que me gusten mucho sus películas. Scoop trata sobre una estudiante de periodismo que participando en un espectáculo de magia en Londres recibe la visita del fantasma de un conocido periodista. Este le descubre que un famoso y perseguido asesino en serie es en realidad un conocido aristócrata londinense. Qué quieren que les diga, con este Allen más superfluo me sigo divirtiendo mucho. Menos calidad pero muy entretenida.
Terciopelo Azul: Este es mi primer acercamiento a David Lynch. Tengo todavía en espera Mulholland Drive, Una historia verdadera y la serie Twin Peaks. Si, créanme, aun no he visto nada de eso. Después de verla puedo confirmar mis informaciones y decir que este tío es un poco raro, pero es de esas rarezas geniales que sin comprenderlas bien nos abordan de manera satisfactoria. Película con ese saborcillo especial a los años 80 en la que encontramos interpretaciones, atmósferas y sensaciones muy extrañas, sobre todo sensaciones. Creo que por ahí anda la brillantez de la película ya que hay momentos inolvidables. Por cierto, la rubia me pone de los nervios. ¿De qué va la peli? Pues un chaval que vuelve de visitar a su padre en el hospital encuentra una oreja humana en el campo. La lleva a la policía, pero él decide investigar por sí mismo descubriendo con ello un mundo tenebroso lleno de violencia y corrupción.
En la ciudad sin límites: Esta peli es española, y aunque suene a chiste, me ha parecido bastante recomendable. Trata sobre un hombre ya mayor, enfermo terminal de cáncer, que muestra extraños comportamientos que parecen próximos a la demencia. Su hijo menor, el único ajeno a la lucha por la herencia de una empresa farmacéutica, en un precioso alarde argumental de cariño y respeto por la figura paterna, es quien presta la atención suficiente para poder descubrir que detrás de esas extrañas actitudes y comportamientos se esconde un secreto oculto durante años. Con un comienzo que insinúa cosas que luego no son, la película va mejorando constante y progresivamente hasta un emotivo y bonito final. Sin duda, además del premiado guión, son destacables las interpretaciones de muchos; sobre todo de F. Fernán Gómez, maestro que en sus últimos años alcanzó cotas sublimes, de un Sbaraglia que no desmerece, y de Geraldine Chaplin, a pesar de que no la soporto, entre algunos otros. Magnífica la banda sonora. En su pesar, decir que deja inconclusa alguna historia paralela de esas que complementariamente sujetan el armazón de la historia y sus relaciones. Para mi sorpresa, en conjunto, quedo bastante contento con esta peli.
Como me convertí en un estúpido es una breve novela escrita por Martin Page. Moralina sobre cómo muchos logran la felicidad en nuestro tiempo a base de ignorancia, pasotismo y mirar para otro lado en contra del sufrimiento de otros, más y mejor comprometidos en esa búsqueda de felicidad. Aquí el protagonista es un chaval “excesivamente” cultivado intelectualmente (habla arameo, repara motores de aviones antiguos, experto en el cultivo de la calabaza) que vive entristecido y angustiado por las cosas feas de este mundo, sintiéndose permanéntemente excluido e incomprendido socialmente, y que empezará a cambiar el rumbo de su vida para ser uno más, dejándose llevar por la vorágine y el modo de vida de la sociedad actual.
Escrito con sencillez y calidad, el libro va de más a menos, siendo la primera parte muy irónica y divertida. El resto es previsible y menguante en intensidad aunque mantiene cierto nivel literario.
Parodia crítica con la sociedad moderna, que por fácil y manida, no deja de ser cierta.
Como ya aventurábamos, aunque no se quisiera reconocer el despilfarro de dinero público por un sueño imposible y en tiempos de crisis, Madrid no organizará los juegos olímpicos de 2016. Será Rio de Janeiro.
El acierto de mi porra fue parcial. Acerté la ciudad ganadora y erré los descartes iniciales, y es que, mirando con la óptica adecuada era fácil adivinar que los miembros del COI ya tenían bien analizadas todas las fiestecitas que podrían organizar en el incomparable marco que les ofrecerán sus yates en la bahía de Rio. Y ante eso, poco se puede hacer.
A partir de ahora ya podemos ir preparando el cuerpo. Debemos preguntarnos sobre todo si, mientras este país no levanta cabeza, seguiremos tirando el dinero para alimentar ilusiones de este tipo. Si se vuelve a intentar, volverá a suponer un ingente gasto que nadie asegura se amortice alguna vez, porque la lucha por las olimpiadas de 2020 será de mucha más fiereza y con candidaturas muy serias como (a priori), París, Moscú, Venecia, ¿Estambul?…ya que Europa lo intentará convencida de que vuelve a tocar por aquello de la rotación, más candidaturas añadidas y algo menos sólidas que ya van reclamando su sitio, como ahora Rio, de ciudades tipo Doha o Dubai. Si Latinoamérica ya los tiene, y África aun no puede, la próxima en reclamar su lugar en el olimpismo a medio plazo debe ser una ciudad del mundo árabe.
Y si no se intenta lograr la organización de los Juegos de 2020, dónde va a quedar la inversión y los esfuerzos de estos años en los tres últimos procesos selectivos de ciudades olímpicas. ¿Hasta cuándo se debería aplazar?
Acaba de finalizar el Eurobasket de Polonia y en la retina guardaré las dos imágenes más destacadas que hemos podido ver a lo largo del torneo. Ambas dan para escribir mucho, pero sobre todo, hablan por sí mismas.
Si quieren ver Malditos Bastardos, lo último de Tarantino, deben saber que no importa nada la indiferencia que Tarantino muestra hacia la fidelidad histórica de su historia, que trata de un grupo de guerrilleros americanos adentrados en la Francia ocupada durante la IIGM, cuya misión es exclusivamente asesinar cuantos más alemanes mejor y crear una leyenda de terror y crueldad en sus actos.
Qué más les da que Tarantino haya tratado con cierta frivolidad la seriedad del exterminio judío. Deben reconocer que no es fácil acercarse a la calidad con la que Roberto Benigni nos sacó unas risas de unos hechos abrumadoramente tristes en su genial "La vida es bella". Puede gustarles o no la agresividad y violencia manifiesta de sus escenas. De hecho, en esta película la violencia y la crudeza son intrínsecamente argumentales. Pueden alabar o criticar el hecho de que la cinéfila y preciosa banda sonora se imponga puntual y conscientemente dentro de tensas escenas de violencia. Igualmente entiendo que, pese a los manifiestos y puntuales progresos del señor Brad Pitt, siga causándole nauseas. Pueden hacerse partícipes de disfrutar la fotografía de la película o bien limitarse a ignorar el buen trato general, tanto de ella, como de algunas secuencias. Pueden erguirse en la butaca y tensionarse con la escena del túnel o bien pueden arrellanarse relajadamente y no apreciar nada de la expectación creada alrededor de una escena de buen cine. Qué decir de la comicidad de muchas escenas y personajes, les puede gustar mucho o nada. Las dos horas y media de duración se le pueden pasar en un periquete, o bien, considerarlas insufribles, y el final puede resultar previsible o sorprendente según en que momento.
Y nada de esto es definitorio porque lo verdaderamente importante en esta película y que nadie debe dudar son dos cosas, una que el cine está en Tarantino y que Tarantino es cine, aunque solo fuera por Pulp Fiction, y la segunda y más destacada, que todo queda disminuido en la película al lado de la sobresaliente interpretación de Christoph Waltz. Sólo por su trabajo merece la pena el verla, si bien, aquellos que gustan del estilo de Tarantino pueden sentirse gratamente satisfechos con el visionado de la película. Presagio una gran disparidad en las opiniones según las personas.
Conocí este libro a través de mi amigo Coca. Su reseña me engatusó todo lo necesario. Se trata de una recopilación de breves escritos sobre literatura en la que con agudo sentido crítico repasa multitud de autores y libros. Con una prosa limpia y brillante, Martin Amis nos hace apología de su erudición literaria para bochorno de un servidor que desconoce prácticamente la mitad de los autores reseñados.
Empecé animoso. Pinta bien. ¿Y esto? ¿Quiénes son estos autores? Pritchett, Ballard…!al fin¡ uno conocido (que no leído) Anthony Burgess. ¡Vaya! Se pone interesante, grandes clásicos, Milton, Dickens, Wodehouse…buff, vaya nivel de análisis. ¡Dios! Este tío se calienta con Nabokov y yo no pude pasar de las diez primeras páginas de Lolita. ¡Menos mal, gente conocida! Philip Roth, Norman Mailer, Truman Capote, DeLillo, Saul Bellow. Me regatea con cañito incluido; ni la huelo. Me rindo, ni El Quijote se salva de los palos. Apabullado esperaré hasta que el nivel me dé para aspirar a más. Mi tiempo es limitado y este tipo parece que se ha leído más, él solito, que todos los españoles en lo que va de democracia ¿exagero?, quizá.
A destacar, la calidad y la potencia de análisis literario evidenciada por el autor. Algunos escritos son brillantísimos, otros simplemente están ahí, aunque seguramente mi nivel no sea suficiente para evaluarlos.
Hace unos meses tuve la "osadía" de escribir al correo electrónico de La Moncloa (gabinete@presidencia.gob.es). Fuera de vanas ilusiones, quería al menos expresar mi opinión acerca de cómo la Educación estaba siendo tratada por los grupos políticos gobernantes.
Lo expresado por mi era el malestar con el hecho de que los grupos políticos que vienen gobernando este país utilicen la educación como motivo de enfrentamiento entre sí mismos dotándola de una alarmante inestabilidad legislativa de penosas consecuencias. Así mismo expresaba que la Educación de un país, según mi juicio, debe estar por encima de los votos y creo necesario un pacto de estado por la Educación entre grupos políticos y expertos pedagogos.
En breve me respondieron, también por correo electrónico, para decirme que mi propuesta era trasladada al Ministerio de Educación. Ni fu ni fa, pensé.
Hoy, meses después, recibo con alegría la verdadera respuesta a mis plegarias. Ángel Gabilondo, ministro de educación, entrevistado en Los Desayunos de TVE ha anunciado una reunión con la oposición para tratar un posible pacto por la Educación. Afirma así mismo que es la principal tarea que le ha sido encomendada por el Presidente del gobierno.
Un rayo de esperanza pues. Si se confirmara finalmente, espero que no se olviden de los expertos pedagogos, porque vaya tela si sólo se reúnen los políticos de uno y otro lado.
Por cierto, no se preocupen por mi ego. Me queda claro que estos primeros movimientos por el Paco por la Educación no son la consecuencia de mi mensaje.
Hace bien poco hice mi apuesta para la elección de la ciudad olímpica para el año 2016 y desde luego no era Madrid. A diario aparecen datos (casi siempre los mismos) en contra de su candidatura.
Ahora, enlazo un artículo con muchos datos interesantes y marcado tono populista que señala una candidatura abocada al fracaso, la de Madrid, y que tristemente, ha derrochado medios de manera innecesaria, derroche que desde las altas esferas nadie estaba dispuesto a frenar. Los intereses son variados, incluso para el COI, si no, fíjense como curiosamente siempre llegan a la elección final ciudades de casi todos los continentes. Lo que mueve el olimpismo es mucho.
Ante la avalancha de eventos deportivos que vivimos, y a sabiendas de que se pasará de puntillas sobre el hecho, quiero destacar la que para mí es noticia deportiva del fin de semana.
Le tenía ganas y aunque había leído alguna sinopsis, ninguna que me hubiese aclarado el argumento.
¡Qué distinto es el cine clásico! La peli bien, al principio sufría de ansiedad gracias a la soberbia interpretación del protagonista, Victor McLagen, luego me he sobrepuesto. Cuando estudié la polisemia no imaginaba que la palabra actor tendría varios significados según a quien se atribuyera, pero así es. Hoy lo he visto. Su papel encarna a un tipo de inteligencia descarriada, que después de delatar a su amigo por el mísero dinero (novia de por medio), compra poco a poco todas las papeletas para descubrirse a sí mismo como chivato. ¡Dios, que inepto! De ahí mi ansiedad. Para situarnos un poco debo añadir que se encuentra ambientada en Irlanda, principio de los años 20, en lucha por su independencia de Inglaterra, pero en definitiva la película trata la traición y la culpa, y también los intereses creados allá donde se mueve el dinero, como no.
De lo mejor la música, sobre todo los créditos iniciales, y también la fotografía, digna de muchas películas de terror o misterio. Me ha pesado que los personajes estaban demasiado estereotipados, y un poco el tramo intermedio entre bares y casas de alterne donde se nos muestra lo fácil que el dinero abre puertas.
Muy bueno es el tramo final, desde el juicio.
Esta dicen que es una de las mejores obras de Ford (uno de los grandes). Prueba de ese reconocimiento son sus 4 Oscar, y prueba de su calidad es que haya llegado hasta mi, no muy suelto en estas materias.
Han querido venderla como una nueva revolución en el cine de ciencia ficción, pero no, ni mucho menos. Modestamente, no creo que suponga tanto como Matrix o Blade Runner (eso he leido), si bien, me parece que está por encima del nivel medio (bajo de por si) de este tipo de películas.
Como ya ocurriera con las pelis de indios y vaqueros, algún día tenía que llegar en que dejáramos de ser los buenos. El Distrito 9 es un gueto situado en Suráfrica para confinar a los extraterrestres que llegaron 20 años antes a la tierra. La película no resuelve bien el por y para qué vinieron los alienígenas a la tierra e incluso parece ser que pasaban por aquí, pero ya puestos, pues pasamos de dejarlos irse para intentar apoderarnos de su tecnología. De camino, como son diferentes, no podemos dejar que se mezclen. Eso de la convivencia tampoco va con nosotros.
Siendo una película de ciencia ficción, se agradece la moderación y el buen trato en los, imprescindibles hoy día, efectos especiales. En intensidad va de menos a más, y resulta correcta en general, pero con lagunas explicativas. Me gusta la narración a modo de documental de gran parte de la película y la evolución que sufre el personaje protagonista. Me refiero a la evolución psicológica del personaje, ya que también hay otra.
Y ahí estamos. Me dejó satisfecho ya que al menos no me sentí robado. Un bien alto. Dejo el trailer.
Ya más calmados después de los recientes informes del COI sobre las ciudades candidatas a organizar los futuros Juegos Olímpicos de 2016 dejo mi porra para la elección (nunca acierto nada).
Indicadores de voto: Repasando las sedes pasadas me encuentro con que la seguridad no es un indicador, véase Atlanta 1996. El hecho de que un país no respete los derechos humanos y tenga un “dudoso” régimen político y todo lo que ello conlleva, tampoco es indicador, véase Pekín 2008. No es indicador que la evaluación inicial del COI te ponga entre lo peor de las candidatas, véase Londres 2012. Que ya hayan sido sede de unos Juegos Olímpicos menos, véase Londres, París, Los Ángeles o Atenas. ¿Entonces? Está claro que solo hay dos indicadores, la alternancia de continentes y la influencia política & beneficio económico propio, presente y futuro.
Votación: Votan los 115 (creo) miembros del COI. Este año en Copenhague el 2 de Octubre. Para ganar, la sede debe sacar mayoría absoluta en esas votaciones:
1ª votación: Eliminada aquella que logre menos votos si ninguna alcanza esa mayoría absoluta. El mundo anglosajón vota Chicago, Latinoamérica vota Rio, Asia vota Tokio, Europa cualquier cosa menos Madrid (beneficio para 2020), África se reparte entre Madrid y Rio, Oceanía ni idea pero da igual. Madrid eliminada.
2ª votación: Igual. Los votos logrados por Madrid pasan a Rio. Los votos de Europa se reparten entre Chicago y Rio (Pekín está muy reciente). Asia vota a Tokio y Oceanía siguen sin dar señales aunque la veo tirando hacia Chicago. Tokio eliminada.
3ª votación: Solo puede quedar una. Chicago logra el mundo anglosajón. Rio logra el voto Latino, y una buena parte de Asia y África. La Europa no anglosajona se vuelca con Rio porque la alternancia beneficia para 2020. La reincidencia de EEUU organizando Juegos contraresta su influencia política y económica. Oceanía quizá ahora si se incline más por Chicago, entre la ascendencia anglosajona y la devolución del favor a Sidney cuando se enfrentó a Pekín.
Por comentar un poco otros temas, debo destacar la noticia aparecida hace días en la que un periodista abandonaba su trabajo en el diario La Vanguardia (ver aquí). Este señor ha sido capaz como pocos de expresarlo con palabras y sobre todo de ser honesto consigo mismo. ¡Tanto como para dejar su trabajo!
Se trata de algo que ya saben aunque no le hagan mucho caso. Que la información hoy día está manipulada, influenciada, sesgada y mercantilizada. Se cuenta lo que mejor vende obedeciendo siempre a unos intereses concretos. Asumimos, aunque lo mantenemos más o menos oculto en el trastero de la conciencia, que esto ocurre, que sabemos justo lo que quienes tienen el poder (distíngase de autoridad) quieren que sepamos, y también que la verdad en la que vivimos es simplemente una media verdad. Lo vemos a diario con la información sobre esta nueva gripe, o simplemente con las guerras que entran en casa a través del televisor, que son aquellas que venden y donde hay dinero. De las otras, de las guerras “pobres” no sabemos porque no interesan. No dejan dinero y desnudarían mucha hipocresía. Silenciadas, solo existen para quienes las sufren. Son solo dos ejemplos de los cientos que se pueden poner.
La realidad del presente es la desinformación interesada. Quien quiera saber ha de salir a la calle e investigar por sí mismo.
Una vez más nos cuenta la historia de un famoso ladrón de bancos y de un astuto policía empecinado en atraparlo, y reiterativamente, una vez más sucede esto en la Chicago de los años 30. Hechos y ambientes demasiado reiterados en el cine. ¡Cuánta imaginación!
Película rodada con la ambición de hacer una de esas películas que permanecen a lo largo de los años, normalmente llamadas por los críticos “obra maestra”, y que yo creo, no llegará más allá de estas navidades en nuestro recuerdo. Soy optimista.
No pretendo decir que la película es mala. Al contrario, es palpable el intento de hacer buen cine y son destacables algunos momentos. Pero se queda en eso, en intento. Si acaso me quedo con las secuencias de tiroteos, donde Michael Mann incorpora una forma de rodar muy influida por los videojuegos de combate. Las secuencias de tiroteos son muy descarnadas, con efectos muy conseguidos y planos donde pone al espectador en la línea de fuego, o bien directamente monta el plano desde el arma o la cara del tirador. Los espectadores nos sentimos muy dentro de la escena y parece que en cualquier momento una bala nos vaya a alcanzar. En mi opinión es lo único novedoso y aprovechable. En ese sentido creo que ha obtenido resultados positivos de la digitalización pese a abusar ligeramente de ella. Muchos esfuerzos y pocos resultados, ya que aunque nos parezca estar viendo una buena película, y a veces lo sea, las sensaciones son efímeras y nada trascendentes.
Por lo demás, veo demasiados defectos. Excesivamente larga, aburrida a veces, poco intensa, con un papel policíaco a cargo de Christian Bale cuyo perfil psicológico es nulo. Nada se nos dice de él, ni de su vida personal, con el añadido de que aun sigue interpretando, aunque bien, al Batman del Caballero Oscuro (peli de lo mejor de los últimos años). Recuerden que es sólo mi opinión. En cuanto a Johnny Depp sigue en su línea. Correcto, quizá de lo mejor. No podía faltar la historia de amor, pero es artificiosa y presuntuosa. Del final mejor no decir nada.
En definitiva, la película no está mal hecha, pero por repetitiva no me ha sabido a nada. A posteriori, preferible ver una reposición de Los intocables de Eliot Ness o la nombrada Heat, por hablar de temáticas similares.
He de decir que me gusta la propuesta, y también que me parecería bien con algún otro deporte que ahora mismo no tengo en mente. De sobra es conocida aquí mi inclinación por el Rugby, pero añado unas reflexiones al hecho en sí.
En referencia al Rugby, parece ser que podría tratarse de incluir la modalidad de Rugby a siete, y no entiendo por qué. Primero, creo que hay dos razones de peso para que fuera el RUGBY, con mayúsculas, el deporte olímpico y no el sucedáneo del Rugby a 7, pensado sobre todo para formar a los jóvenes.
La primera razón sería que, tras el Atletismo, el Rugby puede ser el deporte cuyos valores sean más coincidentes con los valores olímpicos (esfuerzo y superación, juego limpio, respeto al adversario…); y la segunda razón, que el Rugby es uno de los deportes con más aficionados en el mundo. Su mundial es el tercer evento más seguido a través de las televisiones por poner un ejemplo, y esto, en el olimpismo moderno es una vía de negocio más que interesante en cuanto a medios, sedes y repercusión socioeconómica.
¿Se imaginan que a la hora de hacer el Fútbol deporte olímpico, hubiéramos elegido el Fútbol 7? No, ¿verdad? Pero es que además ya hemos visto lo ocurrido con el fútbol y el Baloncesto en el olimpismo. El Fútbol 11 dentro del programa olímpico sufrió una evolución desde la existencia de un límite de edad, hasta la progresiva eliminación de restricciones posibilitando la inclusión de profesionales, y el Baloncesto en su apartado NBA tanto de lo mismo. Entonces, por qué esta tontería de empezar con el Rugby a 7. En eso no aprendemos.
El Rugby profesional quedaría perfecto dentro del programa olímpico pasando a ser una de las competiciones más seguidas, y lo único a tener en cuenta sería cómo integrar esta competición en el calendario profesional existente.
Analizando el tema, parece evidente que si el Rugby fuera un deporte popular en los EEUU hace hace tiempo que tendría la categoría de deporte olímpico, y no sólo por motivos deportivos, sino también porque tanto la NBC (que posee los derechos para el país) como otras entidades tipo Coca-Cola ya habrían hecho por dónde. En cualquier caso, parece claro que ante la inminencia de unos Juegos Olímpicos en Inglaterra, el Rugby será Olímpico, y esperemos que para siempre.
En referencia al Golf, poco que decir puesto que soy profano en la materia. Si acaso, comentar que hay varias cosas que parecen probables. Por una parte, creo que por su importancia en el mundo anglosajón, el Golf alcanzará la categoría de deporte olímpico antes o después, y por otro lado, dadas sus condiciones, será un torneo abierto a las sorpresas, al menos para alguna de las tres medallas. Sólo hay que ver lo que ocurre a menudo en los grandes torneos, con la excepción de Woods.
Créanme si les digo que suelo ser bastante respetuoso con la mayoría de las personas que atiendo en mi trabajo, al menos lo intento, pero hoy estoy dispuesto a utilizar este espacio a modo de catarsis para limpiar algunas cosas que me suelen dejar agotado.
El anecdotario que produce la ignorancia de la gente es realmente escandaloso. Ya comenté que da para uno o varios libros. Hablo de ignorancia en el sentido explícito de la palabra y sin connotaciones de ningún tipo.
A la hora de buscar información, hay quien se acerca al asunto termal desde este desconocimiento que venimos hablando pero con la idea de que algo bueno tiene. Este subtipo de cliente asume su posición y se deja guiar. En cambio, hay quienes con una sola y triste idea en su mente, se arrojan irremediablemente a la luz que descubre un mar de ignorancia detrás de esa idea. Algunos, los hay más informados y con más conocimiento de causa, a veces pecan por no asumir que dentro de unos parámetros comunes, cada lugar tiene unas características, una concepción y sobre todo su idiosincrasia propia. Y como en cualquier lugar y ámbito, también están aquellos que rápidamente cogen onda y saben dar los pasos adecuados para lograr el fin.
El anecdotario diario se alimenta sobre todo de este desconocimiento a todos los niveles, y también se nutre de la llamada “tercera edad”, que por sus circunstancias no han tenido oportunidades para conocer, no sólo el “hecho termal”, sino también otras muchas cosas que les servirían para defenderse algo mejor por esos entresijos menos habituales de este mundo, como es el caso del agua minero-medicinal.
Lo que hoy quiero dejar claro es que todo no resulta simpático o gracioso. Mucho si, pero no todo. No es lo mismo ver como una abuelilla prudente y tímida te dice que quiere hacer un Circuito Terminal, o alguien esperanzado en que sus sesiones le produzcan Beneficios Termáticos, que ver como a las once de la noche, después de ocho horas pegado a un teléfono y ya a punto de irte, el o la espabilado de turno te llama para soltar la impactante frase de….”era para informarme del tema del balneario de qué está compuesto”, y lo peor, se queda tan a gusto porque desde ese momento deja claro que él ya ha expresado su incógnita y ahora tu, con el manual delante, le traduces. ¡Qué le digo a usted alma de Dios! ¡Por dónde empiezo!
Pónganse en mi lugar, ¿por dónde empezar? ¡Son tantas cosas!
Hasta en esas llamadas llegamos a entendernos, pero es sufrido, créanme. Yo, de hecho, ya casi tengo un protocolo establecido para llevarlos a un territorio más lógico “termalmente hablando”.
Pero si hay algo que supera mi lógica, que evidentemente no tiene por qué ser la correcta, es lo siguiente. ¿Ustedes no comprenden que no me importa nada de dónde me estén llamando, si lo que quieren es informarse? Coges el teléfono y te dicen, “Hola, llamo desde Ciudad Real y quería saber…” o también “Buenas, de aquí, de Las Casillas de Martos…” (Esa última llamada es muy grande, se lo puedo asegurar). Créanme, de verdad, ¡que no me interesa de dónde llamen! ¡Por favor, díganme qué desean! Sin más.
Y qué decir de las “llamadas aventura”. Sí, me explico. Son aquellas llamadas dónde el que llama sólo tiene el número de teléfono. No sabe ni dónde estamos, ni qué hay, ni para qué sirve, ni nada de nada. Créanme de nuevo si les digo que es habitual. Te dice algo así como…”Hola, he oído que hay un balneario. ¿Eso dónde está?.... ¿Y qué hay?....” Así hasta un interminable y agotador recorrido.
Geniales en cambio aquellos que llaman sin voluntad propia. Es como si dijeran, ¡somos todo suyos! Te dicen…“Hola, quería hacer una reserva…. ¿Para cuándo?... ¡pues, para cuando usted me diga!....” Tan contentos.
En fin, ya les digo. Esto da para mucho, pero no siempre es placentero, si bien la grandeza y la sencillez de las personas mayores casi siempre compensan todo esto que vengo diciendo.
- ¡Buenas, yo tengo reserva para Noviembre! - Señora, hablamos del Programa de Termalismo del Imserso. - ¡NO! ¡Hablamos de Arjona, aquí en Jaén!
Son mi nuevo descubrimiento. Puede que ya lo hayan escuchado y como siempre sea yo el que llega tarde, pero qué le vamos a hacer.
Glasvegas son escoceses y han sido editados por primera vez en 2008. Llevo varios días dándole vueltas a sus canciones y me gustan. Para mi corto oído, en la música hay pocas cosas comparables a la frescura y la fuerza de la ilusión de los grupos primerizos, si bien es cierto que en música casi todo se inventó hace tiempo, y por muy fresco que uno sea, todo recuerda a alguien.
Recientemente han tocado en el FIB y parece ser que no sólo tienen presente sino también futuro. Fuerza y entrega sobre el escenario, que es dónde se aprecian las buenas bandas. El tiempo dirá, pero de momento les invito a repasar su música y me dan su opinión.
No hacen falta muchas excusas para ponerse a escuchar Moby, pero yo utilizaré un dato anecdótico conocido hoy para ubicar aquí a este compositor de música electrónica que sorprendentemente me fascinó con algunas canciones a pesar de que mis gustos musicales no van por esa línea.
Doy por hecho que todos hemos escuchado algo de su trabajo alguna vez. Célebre es una canción suya utilizada por TVE1 en su publicidad institucional, o incluso más recientemente su dueto con Amaral.
Pero a lo que íbamos. ¿Saben el verdadero nombre Moby? Es, Richard Melville Hall. Si, Melville. ¿Les suena? Efectivamente, el de la ballena, Moby Dick. Moby (el músico) es bisnieto de Herman Melville, el autor de Moby Dick, de ahí su nombre artístico. ¿Irán las dotes artísticas expresadas en los genes? Quién sabe.
Hoy he descubierto yo este parentesco tan curioso. Ha sido escuchando Rne, donde hablaban de entrevistarlo por ese motivo más que por su música, y la referencia en la red, Wikipedia, así lo confirma. Y aquí me tienen, repasando su último disco.
Para curiosos, gente con algo de tiempo, y personas ajenas a la SGAE, otra cosa que les puede interesar de Moby es ésta.
Algunas canciones que me han hecho prestarle atención.
Por segundo año consecutivo, y rondando las mismas fechas, me llama un tipo desde Jódar (según dice él):
¿Estáis en fiestas en el pueblo?
No, aquí no.
Era para sacar a los nenes a dar una vuelta por ahí.
Pues no, las fiestas aquí son en Mayo, para San Marcos.
¿Y sabría usted decirme dónde hay feria o fiestas en algún pueblo de la comarca?
Pues no, ahora mismo no se me ocurre ninguno. En Agosto sí, pero no ahora.
…
Reproducción de la misma conversación en dos años consecutivos. ¡Dos años seguidos y en fechas similares! Lo recuerdo perfectamente porque ya el primer año me parecía surrealista, ahora ya ni les cuento.
¿Será algún cabrón con ganas de guaseo? Me parece a mí que hace falta ser un auténtico profesional del guaseo y muy taimado para esperar un año y repetir la misma broma.
Nunca había oído hablar de la escritora que lleva por nombre Agota Kristof hasta hace unas semanas cuando leí en la red alabanzas y recomendaciones sobre sus obras.
No tengo analizado el motivo, pero me encanta poder conocer y leer a ese tipo de escritores que pasan por ser buenos o muy buenos y que no gozan de una fama evidente más que entre ciertos sectores, como los propios escritores, círculos literarios y un número menor de lectores. Me gusta tanto, que en cuanto puedo, intento leer algo de ellos y también sobre ellos.
Es lo que me acaba de pasar con esta escritora, si bien, amedrentado por unas cuantas decepciones recientes, me he retraído de gastarme un dinero en una novela por temor a llevarme una nueva decepción y he decidido empezar por un escueto volumen de relatos autobiográficos; La Analfabeta. En él, narra su exilio desde su Hungría natal, pasando por Austria para afincarse en Suiza, país que le permite sobrevivir dignamente con su hija, mientras evoluciona desde ser una niña devoradora de libros a una analfabeta que no sabe leer en un idioma adoptivo, el francés, que le acompaña en esa nueva vida de soledad y desarraigo en un país extraño desde el que añorar su tierra natal. Este eje biográfico no deja de estar unido a su pasión por la escritura y por tanto, al afán por escribir y publicar. Con esa pasión y mucho esfuerzo, con insistencia y una convicción férrea, logra salvar el obstáculo de esa nueva lengua, que estudia con determinación y que acabará por convertir en su lengua adoptiva para lograr una salida exitosa al mundo literario.
El libro nos habla con frases directas y muy precisas. Es breve, brevísimo. Deja entrever ideas en pocas palabras. Me ha gustado un poco, no mucho, pero sí ha conseguido que algún día vuelva a leerla, y casi seguro para bien.
